Fue una noche especial
observando el firmamento,
acunado en el seno maternal,
su voz le transportaba a lo irreal
haciendo volar su pensamiento.
-"Cuando alguien querido se va
se enciende un lucero,
aquella estrella es papá
ella te cuida y guiará,
la de al lado es quizás el abuelo".
-"La luna grande es el Señor
en el centro de su rebaño,
como buen guía y pastor,
a todas les da luz y amor
y protege de todo daño".
El niño en su ingenuidad
veía ese cielo maravilloso,
contaba a las estrellas su realidad,
sus tristezas, sus alegrías, su soledad
en un monólogo hermoso.
Pasados los años de su niñez
sus estrellas se hicieron fugaces,
todo evolucionó con rapidez
ya solo le protegía su fe
en este mundo de rapaces.
¡Ojalá volviera a aquella cuna
y todo fuera real!.
Ya la madre voló hacia la luna,
y muy cerca de esta brilla una
de una manera especial.
JL GuerreroM
PARA LOS LOCOS BAJITOS
EL REGALO DE VICENTA
LOS GAZAPOS
Una noche clara
la vieja cigüeña
llevó conejitos
a mamá coneja.
Cuatro gazapitos
peludos, pequeños,
tres gazapos blancos
y un gazapo negro.
En la madriguera
todo era alegría,
¡Cuanta trapizonda!
¡Cuanta algarabía!.
El papá conejo
con gusto y placer
de hierbas fresquitas
hizo un gran pastel.
De todos los montes
llegaron conejos,
hasta el otro día
duró aquel festejo.
Comieron, bebieron
en buena armonía,
un conejo viejo
leyó una poesía.
A doña cigüeña
se invitó también.
Disfrutó con todos
y comió pastel.
Porque como dijo
el papá conejo,
a ella se debía
todo aquel festejo.
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